Desde hace muchos años existe en Montevideo el Día del Centro, una jornada en la que los comercios del Centro realizan un significativo descuento con el propósito de atraer una masa de clientes extraordinaria.
Esta medida es acompañada por una exoneración en la tarifa del estacionamiento en las zonas naturalmente tarifadas. El objetivo es (o era) claro: estimular que la gente vaya al Centro sin pagar por el estacionamiento.
Sin embargo, esta acción lleva a que el Día del Centro sea la fecha más difícil para conseguir lugar y estacionar¹: las personas que trabajan en el barrio aprovechan esta exoneración, llegan temprano por la mañana y ocupan todas las plazas por el resto de la jornada laboral.
Así, esta acción resulta contraproducente para los fines del Día del Centro, para la gente que quiere ir en auto. A priori, uno pensaría que sería incluso más conveniente cobrar las tarifas, ya que el costo del estacionamiento por un par de horas es muy inferior al volumen de los descuentos. O, de lo contrario, implementar una especie de reintegro del estacionamiento por parte de los comercios adheridos.
¿Qué alternativas existen? El caso de Mons
Esta problemática (como siempre) no es ajena a otras ciudades del mundo; muchos polos comerciales experimentan estos desafíos. Uno de estos es el caso de la ciudad de Mons, en Bélgica, que implementó un sistema de smart parking basado en sensores de estacionamiento comunicados a través de una red LoRaWAN².
Los habitantes sufrían de una escasez de plaza de estacionamiento en su zona comercial, lo que generaba que un 30% del tráfico fuera causado por vehículos buscando lugar para estacionar. Por eso, la gente optaba por grandes centros comerciales con estacionamientos incluidos. La rotación en las plazas era mínima, en promedio menor a tres rotaciones diarias por plaza. En comparación, una plaza en un centro comercial rota en promedio entre cinco y seis veces al día.
Las autoridades de Mons implementaron una solución para los consumidores mediante una app en la que se pueden visualizar las plazas libres; una vez estacionado, se cuenta con 30 minutos libres, y pasado este tiempo se factura el parking de manera usual. Sin embargo, si la persona realiza alguna compra, la tienda puede extenderle su tiempo de estacionamiento libre, algo similar a lo implementado por los centros comerciales.
Los resultados fueron más que satisfactorios: en dos meses, en nivel de rotación en los espacios triplicó los números previos. Los comerciantes también vieron ampliamente superadas las expectativas de ventas.
¿Sería posible replicar lo de Mons en Uruguay?
¿Es viable aspirar a un proyecto similar en Montevideo? La zona más céntrica y comercial y, por lo tanto, de mayor interés, abarca unos 800 lugares. Una iniciativa como esta implicaría un despliegue no menor para este tipo de soluciones, si la comparamos con Mons, donde colocaron 110 sensores, y la ciudad de Lieja (también en Bélgica), que cuenta con 223.
En estas ciudades fueron despliegues para atacar la problemática comercial en cuestión. Son proyectos de menor porte y con un foco concreto, distintos del caso de la ciudad inglesa de Harrogate, que optó por un despliegue “masivo” e instaló más de 2000 sensores, para abordar el problema en general.
Estos números nos dan una idea de que, a priori, lo más razonable sería identificar una zona problemática de menor porte a modo de prueba de concepto o piloto. Tal vez pensando en otros centros comerciales, como la calle Arocena (en el barrio Carrasco) o los alrededores del Mercado Agrícola. En estos casos, el número de sensores sería cercano a los despliegues en Mons y Lieja.
Seleccionar una zona reducida del centro de Montevideo implicaría una dualidad de sistema, ya que convivirían el tradicional tarifado y la nueva modalidad de smart parking. esto resultaría confuso y problemático para los usuarios.
En cuanto a infraestructura, si bien estas soluciones requieren una inversión inicial en los sensores, las nuevas tecnologías de LPWAN³ permiten resolver la conectividad a un costo ínfimo en comparación con lo que se pensaba pocos años atrás.
Por último, y yendo un paso más allá, podemos pensar en la posibilidad de que los comerciantes del centro realicen esta bonificación de forma permanente, todos los días del año. Esto generaría una dinámica más duradera en la zona y no solo en un día al mes, lo que justificaría la inversión.
¹ Bajo la percepción de un número de usuarios, no hay un estudio de campo institucional que lo avale
² LoRaWAN es un protocolo de comunicación de bajo consumo y largo alcance para dispositivos IoT (internet de las cosas). Utiliza la tecnología LoRa para transmitir datos de forma inalámbrica a través de largas distancias, lo que lo hace ideal para aplicaciones que requieren baja potencia, alta movilidad y acceso a áreas remotas. Permite la conexión de miles de dispositivos a una sola red.
³ LPWAN (Low Power Wide Area Network) es un tipo de comunicación inalámbrica diseñada para transmitir datos de forma eficiente y económica en áreas geográficas extensas con bajo consumo de energía. Utiliza protocolos de comunicación de baja velocidad y ancho de banda para conectar dispositivos IoT (Internet de las cosas), lo que los hace ideales para aplicaciones como monitoreo remoto, automatización de procesos y seguimiento de activos.
José Luis Nunes, Engineering Specialist de Telco & Smart Cities.
Joselo es ingeniero electricista (Telecomunicaciones) por la Universidad de la República. Desde hace 6 años se desempeña dentro de Isbel en el área de posventa e implementación de proyectos de gran porte.