La humanidad siempre ha procurado una mejora constante en cada una de sus invenciones. Pero es un fenómeno muy reciente, tal vez de las últimas dos décadas, la obsesión por convertir las cosas en “inteligentes”. La inteligencia, un atributo que hasta el invento de la computadora nadie discutía como exclusivo de los seres vivos (Penrose, 1989), hoy rige el mundo de la tecnología. Con el paso de los años, hemos visto cómo los teléfonos, televisores, relojes, luces, interruptores (la lista sigue y sigue) se han vuelto inteligentes.
Si bien se hizo esperar, puede que haya llegado la hora de que le agreguemos inteligencia a la experiencia de buscar un estacionamiento.
Una aclaración: cuando hablamos de estacionar, nos referimos a estacionar en la vía pública y no en un estacionamiento privado (ya sea de propósito general o, por ejemplo, en un shopping). A diferencia de los otros, este tipo de estacionamiento presenta varias dificultades extra, ya que no contamos con un ambiente controlado, y con esto un conjunto de nuevas variables entra en juego.
El problema
No es necesario invertir mucho dinero en estudios y encuestas para confirmar lo que ya sospechamos: todas las personas detestan no encontrar lugar para estacionar. También sus consecuencias, como perder tiempo, nafta y paciencia, dando vueltas a la manzana, moviendo el cuello frenéticamente y arriesgando su vida en marcha atrás al ver que se pasó un lugar vacío.
Lamentablemente, en Uruguay no contamos con investigaciones de este tipo (al menos no accesibles al público), pero varios son los estudios que nos hablan de grandes tiempos de búsqueda y un alto porcentaje del tráfico que causa buscar dónde estacionar (Hampshire & Shoup, 2019) (Shoup, 2007) (Zhu, 2022).
Los estudios hablan de ciudades muy distintas en múltiples aspectos, con lo que solo podemos utilizar la información como una referencia y estimar que no somos ajenos a esta situación. Sería más que interesante que en Uruguay se investigara sobre estos temas.
Smart parking: ¿la solución?
Presentados los mayores problemas que aquejan al usuario y la ciudad, está claro que el estacionamiento inteligente debe tener como objetivo que uno no maneje de forma innecesaria en busca de un lugar para estacionar. Por lo tanto, tenemos que saber dónde vamos a estacionar antes de llegar a destino. Algo muy sencillo de decir, pero difícil de lograr.
Entonces, ¿qué soluciones existen?
La plaza de estacionamiento
El lugar de estacionamiento debe avisar algo tan sencillo como fundamental: si está libre o no. Esta es la piedra angular: debemos dotar al sistema con la facultad de informar su estado de ocupación.
Para esto diferenciamos dos grandes enfoques. En primer lugar, la detección de los lugares mediante análisis de video; en criollo, colocamos cámaras cuyas imágenes son analizadas por un software para determinar si una plaza de estacionamiento está ocupada o no.
Este sistema cuenta con un par de problemas, pero el principal radica en el software de detección. Lo que para el ojo humano puede ser muy sencillo, en muchos casos, es aún imposible para una computadora. Lo que los entendidos en el tema llaman “image occlusions” (obstaculización de imagen) es una de las dificultades que lleva a que las tasas de éxito de la detección no sean tan altas (Bulan, 2013). También los costos de instalar cámaras, obra civil, enlaces de alto tráfico, software de detección, entre otros, hacen de esta alternativa aún muy costosa de implementar.
En segundo lugar, la instalación de sensores por plaza de estacionamiento, que en general consiste en sensores de ultrasonido y campo magnético. En estos casos, a diferencia de la detección con cámaras, el ambiente es sumamente controlado y los porcentajes de detección rondan el 99%.
Por este motivo, la última opción se ha posicionado como la más prometedora (BOSCH, s.f.).
El usuario
Ahora que ya sabemos cómo detectar las plazas, podemos preguntarnos: ¿cómo nos enteramos de los lugares disponibles?
Son muchas las posibilidades de presentar y trabajar con esta información. En el mundo van apareciendo aplicaciones que lo integran todo: estacionamiento asistido, con una app que muestra los lugares disponibles en tiempo real y guía al conductor mediante GPS a su lugar. Una vez ahí, el sensor identifica su celular (vía BLE o RFID) y le permite pagar en la app. Luego, cuando se retira del lugar, el sensor reporta su salida y se encarga de comunicar al sistema de pago.
Con esta modalidad, solo pagamos por los minutos exactos que estuvimos estacionados. Se trata de un sistema extremadamente completo, del cual ya existen pilotos en ciudades como Harrogate (Reino Unido) (Harrogate, s.f.).
En otros casos, solo se brinda la información al usuario (mediante app o cartelería) de la disponibilidad de plazas en distintas áreas.
La ciudad
No solo los usuarios podemos disfrutar de los beneficios de estos sistemas. Además de las ventajas mencionadas al principio, muchas intendencias en el mundo usan estas plataformas para obtener información sobre cómo funciona la ciudad.
Hace un par de años, el proyecto SF Park (SF-Park, s.f.) instaló 8100 sensores en la ciudad de San Francisco (Estados Unidos). Con un gran foco académico, puso el énfasis en utilizar el estacionamiento tarifado como una herramienta de planificación urbana, con excelentes resultados. Entre ellos, agilizar la rotación en zonas comerciales, una mejor distribución de las plazas de estacionamiento, adecuación de las tarifas, menor cantidad de evasión y disminución en la cantidad de CO2 liberado, entre otras.
Tecnologías del futuro
Algo por demás interesante es que muchos de estos sensores basan sus sistemas de comunicación en nuevas tecnologías. Es posible que estés cansado de escuchar hablar sobre 5G, IoT, NB, Cat-M, LPWAN, LoRa, Sigfox, DASH7, Wize, MIoTy, UltraNarrowBand, entre otras siglas.
Estos sensores, que en un futuro veremos por decenas en nuestras calles, son respaldados por estas nuevas tecnologías, que permiten su instalación con poca infraestructura. Esto resuelve las limitaciones de costos que teníamos años atrás.
¿Qué pasa en Uruguay con el smart parking?
Por el momento, en nuestro país no contamos con ningún despliegue de este tipo. En Isbel hemos llevado adelante algunos pilotos e incluso contamos con nuestro propio sistema de sensores en nuestras instalaciones.
Esperemos que con el tiempo comencemos a ver algunos despliegues de estacionamientos inteligentes en la ciudad, ya sea por iniciativa estatal o privada.
Este tipo de sistemas no solo puede aportar al problema del parking general, sino también al control de plazas en genera, ya sea de discapacitados, lugares restringidos como embajadas o ministerios. Así como también las plazas de carga y descarga.
Un camino por recorrer
Este uso de estos sistemas recién está empezando, y aún hay un largo camino por recorrer. Pero las bases de la tecnología están y es hora de que empecemos a aprovecharlas.
Son muchos los que sueñan con no tener que perder minutos buscando un lugar para estacionar.
Referencias
BOSCH. (n.d.). BOSCH SmartParking devices. Retrieved from https://www.bosch-connectivity.com/products/connected-mobility/parking-lot-sensor/
Bulan, O. (2013). Video-based real-time on-street parking occupancy detection system. Journal of Electronic Imaging.
Hampshire, R. C., & Shoup, D. (2019, Julio). What Share of Traffic is Cruising for Parking? Journal of Transport Economics and Policy, 52, 184-201.
Harrogate, C. (n.d.). Harrogate Council. Retrieved from https://www.harrogate.gov.uk/appy
Penrose, R. (1989). La nueva mente del emperador.
SF-Park. (n.d.). Retrieved from https://www.sfmta.com/projects/sfpark-pilot-program
Shoup, D. (2007). Cruising for Parking. ACCESS, 16-22.
Por:
José Luis Nunes, Engineering Specialist de Telco & Smart Cities.
Joselo es ingeniero electricista (Telecomunicaciones) por la Universidad de la República. Desde hace 6 años se desempeña dentro de Isbel en el área de posventa e implementación de proyectos de gran porte.
